Perdiendo el tiempo (Libre).-

Apenas estaba oscureciendo. A lo lejos, sobre la línea del horizonte, se distinguían los colores rojo, amarillo, naranja, procedentes del caer del sol. Atardecer. Hacia unas pocas horas que mi hermano y yo arribamos en Alemania. Distinto idioma, distintas costumbres. Daba igual, nadie iba a dominarme ni a obligarme a hacer lo que no quisiera. Odiaba recibir ordenes por lo que, lo mas probable, es que tuviera problemas con mis superiores. Esperaba no tener que lamerle los calzones a alguien porque ahí si…rodarían cabezas y me importaba un cuerno de quien fuese. Le daba gracias a Zachary por estar conmigo sino, no podría superar esto. Era una joven fuerte, testaruda, pero sin mi hermano podía afirmar que no era nada. Juntos, lo mas terrible y aterrador que alguien podría presenciar. Sonreí de lado, maléficamente, caminando por las ramas de algunos árboles, saltando cuando necesitaba trasladarme. Al menos estaba a tres metros del suelo. Algún que otro animal caminaba por el suelo, otros a bastante distancia; gracias a mis sentidos desarrollados podía escuchar hasta la caída de un alfiler. Me puse de cuclillas, mirando el horizonte. Era interesante; se podía apreciar mucho más su belleza aquí que en mi pueblo natal. Estados Unidos era mi vida, pero ahora, este lugar se convertía en mi hogar.

Nota: Si deseas rolear conmigo por favor, mas de 10 lineas. Si no te gusta puedes ir moviendo tus pies a otro lugar.

Las cosas que ultimamente habian pasado sin duda me habian dejado en shock absoluto, no podia asimilar completamente que mi hermano estuviera enamorado con todas sus letras de la hermana de Sebastien, esto sin duda nos trairia problemas a la larga, no lo teniamos contemplado y tarde o temprano tendriamos que darle frente al asunto si era que su relacion iba enserio.

Despues de la boda todo habia sido un ir y venir imparable, y los viajes no estaban muy recomendados para mi tomando en cuenta la situacion en la que me encontraba, aunque el modo de viajar de mi esposo era muy rapido no paraba de marearme, por lo que habia decidido pasar unos dias en Alemania mientras el se encargaba de unos asuntos que ya no podian dejarse para despues.

Sali a caminar por el bosque, extrañaba tanto mi forma de lobo y como humana no podia desahogarme propiamente, algunos me dirian inestable pero no lo era, por mi bien y mas importante aun el de mis hijos no podia cambiar, era algo que sacrificaba con gusto pero no dejaba de extrañarlo. Muy pronto se vendria el dia del nacimiento, no dejaban de crecer a gran velocidad y ese dia me llenaba de temores, trate de dispersarlos fijando mis ojos en el atardecer incipiente.

Escuche ruidos en las ramas de los arboles, y todos mis sentidos se pusieron alerta, aunque habia grandes probabilidades que fuera un animal no podia parar esas reacciones en mi, proteger a mis hijos era lo mas importante y nunca estaba de mas estar alerta. Lleve mi mirada al lugar donde provenian los ruidos y me sorprendio ver a una chica sobre las ramas.

-Buenas tardes- salude cortesmente sin bajar la guardia, no saiba quien era asi que mantuve mis precauciones.

Las cosas nuevas mantenían mi mente muy ocupada. No estaba para nada acostumbrada a vivir en comunidad, porque lo que seguro en mi primer día comenzaría con problemas. Oh, al diablo, pero una guerrera salvaje como yo no iban a conseguir por ningún lado. Era una joven fuerte, atrevida, con carácter muy fuerte y que nunca se echaba atrás por nada. En los últimos tiempos presencie mucha traición, gente cobarde, sangres sucias que no saben llevar su condición. Los odiaba, aunque fuesen de mi misma especie.
Mantenía el equilibrio, caminando por las ramas, pero el sonido de pasos atentó contra mi tranquilidad. Giré la cabeza de golpe, buscando a su emisora bajo mis pies. No baje la guardia a pesar de sentir que era un Lycan. Una joven, muy linda de ojos verdes, se hizo presente. Clavé mi fría mirada en su perfecto rostro. Me saludó, y por su apariencia, como mi hermano me había contado, ella era nuestra jefa. Una traidora casada con un vampiro. De un salto bajé del árbol, parándome frente a ella. Primero le di una ojeada, sin inmutarme, con todas las expresiones del rostro secas y frías.
-Lo mismo digo.- Correspondí a su saludo, nada más y nada menos porque era mi jefa y había jurado proteger la corona por sobre todo. Eso no influía en mi carácter que sea quien fuese el que tuviera enfrente, yo no cambiaria. Nadie podía dominarme. Un animal salvaje.
Crucé los brazos apretándolos contra mis pechos. Retrocedí un par de pasos apoyando mi espalda en la gruesa rama de un árbol de roble.
-Eres Vitya Koslov no? Al parecer debo servirte.- Rodeé los ojos al decir lo último. No tenia idea de si mi hermano le había comentado de nosotros o que, porque parecía sorprenderse de verme. Sonreí de lado apenas.
-Rebeca Swells, tu nueva guardia.- Comenté suspirando, echando la vista un poco al cielo, aunque no se podía notar desde esta baja altura por las ramas llenas de hojas que tapaban. Arrugué un poco la nariz al sentir el aroma que poseía su cuerpo. Pasé mi lengua por mis dientes entrecerrando los ojos, volviendo a clavarlos en ella.
-Tu ropa tiene aroma a vampiro.- Dije, cortante. No podía entender como soportaba estar con el enemigo, como podía haberse enamorado de esa cosa. Ellos eran sanguijuelas, chupasangres sin piedad. Los odiaba. Mas por lo que uno de ellos había hecho conmigo cuando tan solo era una joven inocente.
Pero…había algo que no andaba del todo bien. Incliné la cabeza hacia un costado, observando su figura. Su vientre en particular. Arrugué el entrecejo, tornándome más y más seria aun. A mi parecer, había sido un error venir aquí. Lo que me faltaba! Si decía que Vampiros y Licántropos eran aliados, tomaría mi propio rumbo.

Observe atentamente todos sus movimientos, era bastante agil y precavida, no habia bajado la guardia en ningun momento. Jamas la habia visto sus movimientos eran medidos, frios y secos, y mi expresion no era realmente la mas amigable en este momento.

Hize un gesto con la cabeza pra recibir su saludo, me parecia que estaba incomoda. Se alejo y reclino en un arbol, conserve mi postura imperturbable aunque estaba algo relajada, no por mi si no por mis hijos, no les cairia bien que me tensara o enojara asi que era mejor llevar la fiesta en paz.

-Si, soy quien tu dices. le dije ocultando la sorpresa que en ese momento me embargaba, me conocia aunque nunca antes la habia visto. Me tranquilizo un poco escuchar que era de la guardia, por lo menos no me atacaria o eso esperaba, aunque no parecia realmente feliz de pertenecer a ella. Por sus gestos y muecas mas bien diria que estaba en ella a la fuerza pero no lograba explicarme que es lo que la habia traido aqui.

-Vaya, no sabia que tendriamos guardias nuevos. Bienvenida- dije a modo de recibirla en la guardia, aunque su union me pareci aextraña, nadie me habia dicho nada tal vez se debia a que practicamente ya no vivia en el castillo, pero si decia que era mi guardia por lo menos deberian de haberme avisado. -Espero que pronto conoscas a los demas guardias y la situacion- tenia que enterarse de como estaban las cosas ultimamente.

Me encoji de hombros ante su comentario, de todas las cosas que podian estar mal en este momento solo notaba mi aroma a vampiro. Solte una risa.

-Eso es lo de menos en este momento- le dije con el mismo tono frio pero amable que habia venido utilizando durante nuestra pequeña conversacion. Era un guardia estaba claro pero no parecia en lo mas minimo dispuesta a actuar como un guardia, y lo veia en su manera un tanto insolente que tenia al dirigirse hacia mi, sabiendo de ante mano quien era.

Su mirada me recorrio de arriba a abajo, no deje de observar sus ojos atenta a cualquier moviento que pudiera llegar a hacer. Sus ojos se detuvieron en mi vientre, mis manos viajaron hasta el con la rapidez de un rayo y mi actitud se volvio mas fria, habia algo en ella que no me daba confianza y no sabia que era.

-¿Pasa algo?- le pregunte, era mejor tender de una vez las cartas sobre la mesa y evitar malentendidos y conflictos que nos pudieran surgir despues.

Rondaba por el bosque haciendo mi guardia como siempre cuando escuche voces y en ellas distingui la de Vitya, que hacia sola?... distingui la voz de otra chica... seria la nueva guardia?... su platica me lo confirmo... llegue ahi lo mas rapido que pude y las vi, se sentia una tension tremenda - hola Vitya - dije asintiendo con la cabeza y me situe a su lado como siempre protegiendola - vaya veo que han crecido -dije viendo su vientre y sonrei, mi sonrisa desaparecio cuando vi a la chica nueva - hola, veo que vas a pertecer a la guardia, soy Raul - dije en tono frio, no me acerque a ella solo la observe con la mirada fria...

Tenia que de verdad estar agradecida que mi hermano estaba conmigo en todo esto pero al mismo tiempo, quería patearle el trasero porque no me había advertido de nada. Siquiera me había contado de la jefa estaba embarazada. Del vampiro. Me sentía herida, enferma, descontrolada. Una de esas bestias que había terminado con la pureza de mi cuerpo, invadía y persuadía a los de mi especie. En fin, bufé, dejando todo a un lado porque al parecer, este territorio despluma amor.
Luego de presentarme, afirmó ser la persona a quien yo tenía que proteger. Dentro de todo no me quejaba porque la castaña de ojos verdes se parecía mucho al prototipo que esperaba. Por sus actitudes o acciones, me dejaban en claro que no tendría problemas con ella, sacando claro el tema de su unión con el enemigo.
Me dio la bienvenida, asentí con la cabeza. Sus labios dejaron escapar con intención que debo conocer la situación.
-No tengo mucha paciencia y espero me cuentes pronto como esta todo esto, porque conste que estoy aquí sin siquiera saber nada.- Aparté mi vista de sus ojos luego de hablarle, porque era en el único momento que se podía apreciar la sinceridad de una persona. Y cuando se esta en silencio, mis ojos podían incomodar. Lo sabía.
Desde lo que venia notando, su aroma a vampiro era lo de menos. Pero claro, como yo era una adivina y sabia todo estaba al tanto de los problemas mas grandes, no? Pensaba con sarcasmo todo lo siguiente. Es claro que uno que viene de afuera y siente aquel ardor en la nariz y no específicamente viniendo de aquellos chupasangres, se alteraría. Tan difícil era verlo como yo lo hacia?
Cuando me posé en su vientre, la joven se percató y de sus labios salió una pregunta. Agaché la cabeza, sintiendo nostalgia. Nadie podía entenderme, y nadie lo haría. Ellos eran la realeza, lo tenían todo. No sabían nada de la vida en la calle, de las miserias, de la guerra…que podían saber? Sus cuentos son del típico “y vivieron felices por siempre…” Fin, al diablo todo.
-No, no pasa nada. Felicitaciones.- Logré pronunciar, mirándola de reojo, con media sonrisa cruzando mi pálido rostro. Estaba ablandándome un poco con ella, hasta le dedicaba una sonrisa. Ya las cosas estaban hechas, si ella elegía eso daba igual. Su vida de reina, no la mía. Abrí los labios, a punto de decir algo, con las expresiones relajadas y la situación es interrumpida por otro de nuestra especie. Había avanzado dos pasos, y los retrocedí, respondiéndole a sus gestos con la misma frialdad.
-Un gusto Raul…o eso creo.- Agregué lo ultimo porque, siquiera tenia razones para intentar ser amable si me recibía de esa forma. Si su sonrisa desaparecía, la mía también. Yo ya comenzaba a ser un estorbo. Tenia planeado en cualquier momento dar la media vuelta e irme. Mas, aun necesitaba una explicación de mi Jefa. Después de todo, era mi jefa y había jurado protegerla.

Note como retrocedio - perdona el tono de mi voz, es normal en mi, no es asi Vitya- voltee a verla y ella asintio - me alegra que hayas llegado, al igual que tu hermano, sean bienvenidos - agache la cabeza en forma de saludo mas cordial - perdona mi hostilidad, solo que vi a Vitya tensa y pense que habia problemas pero veo que no - segui en mi misma posicion con los brazos cruzados sobre el pecho, pero mi mirada se relajo un poco

Me extrañó demasiado su amabilidad repetentina, pero al parecer, se había dado cuenta de mis movimientos y de mi cambio de humor. Negué rapidamente con la cabeza, para que se tranquilizara.
-Esta tensa por mi culpa.- Aclaré, dirigiendole una mirada mucho mas tranquila a Vitya. Tenía que decir la verdad y tampoco iba a engañar al joven con puras mentiras.
-Al ser nueva no me acostumbro a como están las cosas.- Comenté avanzando un par de pasos hacia ellos, porque estaba demasiado lejos. Volví mis claros irir al joven de cabello largo, y también, de buen cuerpo. Muy fuerte; seguro era bueno en luchas de cuerpo a cuerpo.
-Gracias por la bienvenida.- Mi prejuicio me había engañado demasiado y me estaba dejando llevar por mis instintos. Lo mejor era entender todo antes de sacarme de las casillas y comenzar a cortar cabezas, como era común en mi persona. Primero la acción, luego la disculpa. Lo que si, si había que defender el reino, lo haría con todo de mi.

Al parecer la joven no tenia ni idea de como estaba la situacion en el reino y me lo confirmo con sus propias palabras, tampoco parecia de las tipicas personas que se quedan sentados sin hacer nada, sus acciones me habian demostrado que era una persona de acciones inmediatas aunque aun dudaba de las capacidades de su autocontrol pues no me parecia paciente.

-Espero poder hablar contigo para contarte claramente la situacion del reino- le dije. Luego note como evitaba mi mirada por la preunta que le habia formulado y me contestaba de forma mas amable y menos tensa, relaje un poco mi postura. Sus palabras no eran en si lo que yo esperaba, ¿que podia saber un guardia de sacrificios? Todo el mundo pensaba que estaba perdidamente enamorada de Sebastien, una mascara que me habia encargado de llevar a la perfeccion y que nadie dudaba ni por un instante. Le tenia cierto aprecio, me habia dado a las dos personas que mas amaria en el mundo y que amaba desde este instante, pero nadie fuera de nosotros dos sabia las verdades de estas condiciones. Era una carga bastante dura, dificil y pesada que ambos llevabamos. -Gracias- le respondi radiante, pensar en mis hijos era algo que arrancaba sonrisas de mi rostro tan facilmente como se corta una flor.

-Hola Raul, si han crecido mucho- lo salude cuando llego, habia notado lo tensa que estaba y se habia puesto a la defensiva, era un muy buen guardia y nada se le escapaba.

-No sabuia que tenias un hermano Rebeca- dije inmediatamente al escuchar el comentario de Raul, todo indicaba que no seria la unica nueva dentro de la guardia, solo esperaba que su hermano no fuera tan receloso de la gente como ella, y fuera mas facil establecer una buena relacion. Preferia infinitamente llevarme bien con los guardias y tratarlos como personas, odiaba mandar como tirana pero habia veces que no tenia mas opcion que eso.

Tome el hombro de Raul para que se relajara mas -Bueno, ya que nos hemos conocido un poco mas sabemos que estamos del mismo lado- dije tratando de dejar mis tensiones, confiar en la guardia era el mejor camino de todos y que ella confiara en mi... bueno eso seria mas dificil. -Rebeca, ¿que don tienes?

Asentí con la cabeza. Esperaba que tuviéramos un momento a solas para que me pusiera al tanto de todo. Zachary me había traído sin explicación de por medio. El quiere protegerme, lo se, por eso me mantiene resguardada en lugares como esto, pero a mi me gusta mas estar sola. Mas porque me había criado en soledad, con la única compañía viva que era él. Al perder a mis padres, todo dio un vuelco. Y ni hablar de cuando me convertí en loba.
Me agradeció el cumplido, volví a asentir con la cabeza. No era una joven de muchas palabras aunque sabia apreciar mucho la mirada receptiva de quienes me hablaban. Ahora, no dudaba tanto de ella. Seguro tenia sus razones para estar unida con uno de los enemigos. Pero, al ya tener hijos, es otra cosa. Debía dejar de ser tan prepotente. Bufé, enojada conmigo misma desde hacia ya mucho. Rogaba al ser superior, si es que teníamos, que ninguno de ellos se acercara a mi. Soportaba la alianza mientras las sanguijuelas no me rodearan. Aunque algo no concordaba. Los vampiros no tienen sentimientos, son todo lo contrario a nosotros. Algo se traían entre manos…
Hizo mención de mi hermano. Fruncí el entrecejo. Esto si que me resultaba raro.
-No sabias? Pero…si el me contó sobre ti…- Ladeé la cabeza, dejando que mis castaños cabellos cayeran sobre mi hombro. Ese chico era raro; sabía más de todos que de si mismo.
-En fin, su nombre es Zachary. Y tranquila, tiene mejor humor que yo.- Le confesé sonriendo ampliamente, por primera vez desde hacia ya muchísimo tiempo. Fueron solo segundos, pero se pudo apreciar. Acerqué mas mi ser a ellos, pestañeando un par de veces. Raúl era mucho más alto que Vitya, así que tenía que levantar más la vista para verlo.
Su pregunta, acerca de mis dones, me sorprendió. Nunca nadie me había preguntado sobre ellos y…es más, nadie sabía. Retrocedí unos pasos; mejor que lo viera con sus propios ojos. Mis ojos se tornaron blancos; a mi alrededor, una niebla comenzó a rodearnos. El cielo se llenó de nubes de tormenta tan rápido que apenas se podía notar. Rayos, truenos, pero lo calmé enseguida. Mis iris volvieron a su color original. Parpadeé un par de veces, me dolían.
-Manipulación del clima. Y también, negación de poder pero no sirve con ustedes. Nada mas con todas las otras especies…- Eso significaba que algún vampiro, o hibrido, o humano con poder, cerca de mi, no funcionaba. La niebla se dispersó, las nubes hicieron lo mismo.

Note sus cambios, Vitya ya se habia calmado y cuando tomo mi hombro me relaje, no queria volver a tensarla, luego Rebeca nos mostro uno de sus dones y vaya si era buena - vaya tus dones son buenos - sabia reconocerlo, pero segui un poco con mi postura - me alegra que estes en la guardia - dije honestamente, luego empece a escuchar ruidos, pasos que se acercaban, gire y vi a lo lejos dos siluetas, al darme cuenta de quienes eran sonrei, aunque luego me pense en como reaccionaria Rebeca, esperaba que lo tomara con calma, no me separe de Vitya y le adverti a Mia - cuidado, acerquence lentamente, es una nueva guardia - dije en su mente volteando a ver a Vitya

iba caminando con Jane, habiamos decidido salir a caminar un poco, pues con el embarazo no queria pasarme encerrada todo el tiempo, y Jane siempre me acompañaba, mi embarazo ya habia avanzado y parecia que tenia 5 meses era un pequeño bulto que portaba orgullosa y Raul estaba feliz...
pronto llegamos a una parte mas profunda del bosque, en eso escuche voces y escuche la mente de Raul advirtiendome, en eso lo vi enfrente a no mucha distacia, vi a la chica que me advertia que era nueva en la guardia, Aun asi tome la mano de Jane y le adverti en su mente - odia a los vampiros no te alejes de mi Jane, con un rapido movimiento nos situamos a lado de Raul y Vitya y salude como si nada - hola Vitya- le di un beso en la mejilla y luego me acerque a Raul y el me dio un beso en los labios - como te encuentras?- pregunto tocando mi vientre - muy bien amor gracias - le sonrei - vaya!!! Vitya pareciera que ya van a nacer, te vez preciosa- dije viendo su vientre y se veia realmente hermosa, era raro vernos y tratarnos tan bien como si no esperaramos hijos del mismo hombre aunque yo estuviera con Raul y Vitya con el hombre que tanto amaba y padre de mis bebes, aleje esos pensamientos de mi cabeza y le sonrei sinceramente a Vitya, pues sabiamos muy bien cual era la historia y ambas lo haciamos por nuestros bebes, luego vi a la chica que me veia con asombro y odio?... lei sus pensamientos y eran demasiados muy enredados... - buenas tardes- dije viendola

caminaba con Mia me limite a saludar a todos. -hola cuñado, cuañada...eh y hola!. dije por ultimo a la que estava ahi

¿Asi que su hermano tambien sabia de mi? No entendia como era eso posible, yo nunco la habia visto a ella hasta ahora y seguramente tampoco a su hermano, eso era un misterio que tendria que investighar, pero como ya habia dicho, luego tendriamos tiempo de hablar y estaria bien que su her,ano estuviera con nosotras, no queria repetir la historia que todo mundo ya conocia.

Al mencionar a suy hermano logre distinguir una sonrisa, vaya al parecer estaba mas relajada y la llegada de Raul tambien me reconfortaba. Estabamos calmados y hablando como gente civilizada, ya estrañaba esto. El olor lycan inundaba el ambiente y era sumamente delicioso, todo lo que habia ocurrido habia logrado que olvidara esas pequeñas pero importantes cosas que habia en vida. Nos mostro uno de sus dones, vaya si era bueno. -Digno de un lycan- le dije entre sonriente y orgullosa, estar entre mis semejantes sacaba a luz todo en lo que creia de verdad, no lo podia reprimir venia a mis labios como las abejas al polen. -Y valiosa para la guardia- me sentia complacida por su don, y era algo muy mio, aunque de una forma muy peculiar, elogiar a la gente que se lo merecia. Probablemente a estas alturas ya tuviera una sonrisa de autosuficiencia en mi rostro, no me importaba, ya que solo denotaba lo orgullosa que estaba de ser lo que era.

De repente nuestro aroma, fusionado el de los tres que mantenia un perfecto equilibrio fue roto por, sin duda alguna, el de un vampiro y el de un hibrido. Solo Mia se me ocurria y el vampiro, alguna hermana de Sebastien, lo mas seguro Jane que siempre andaba con ella. No me equivocaba.

-Hola Mia- le di tambien un beso y no pude evitar pensar en lo que me decia, mi embarazo iba mucho mas rapido que ella y eso era algo que nos espantaba de verdad. No sabiamos cuando exactamente nacerian solo teniamos una palabra para eso: pronto. Trate de enfocar mi atencion en lo que acontecia y no divagar sobre lo que siempre rondaba mi mente. Raul saludo a su esposo y me sentia tan agradecida con el por hacer todo lo que hacia aunque no tenia ninguna obligacion, era admirable muy digno de nosotros. Y otra vez mi orgullo lycan salia pero ya no podia contenerlo mas, lo habia hecho por mucho tiempo y era el momento de que lo dejara desbordarse por todo mi ser.

-Hola Jane- la salude poco despues de saludar a Mia, ella conservo su distancia y lo creia muy conveniente.

si lo se Vitya, yo tambien estoy muy orgullosa de el y lo admiro- dije en su mente viendola de reojo y le sonrei - estoy empezando a amarlo- volvi a decir en su mente, esperaba que me creyera , aunque en realidad realmente Raul empezaba a ganar mi corazon de una forma muy particular, lo vi con a los ojos y le sonrei,el contesto mi sonrisa

Me tomo por sorpresa la voz de Mia en mi cabeza, por un momento habia olvidado de su don y no pude evitar sonreirle.

Cualquier persona que conociera a Raul sabria que es una persona buena, leal, y dispuesto a defender todo lo que quiere y ama, caracteristicas muy valiosas para un guardia ademas sus dones tambien eran buenos.

-Si, muy admirable- le respondi en mi mente de igual forma y me tomo un tanto mas de sorpresa que me contara que empezaba a amarlo. Todo estaba muy enredado ultimamente -Bueno... es digno de ser amado- no saiba que responderle. Tambien se lo dije en mi mente.

abrace a mi esposa, vi que cambiaba miradas con Vitya que estarian hablando?... bueno era algo que de seguro me diria despues Mia, despues solo la agarre por la cintura y mire a Rebeca

Sonrei ante las contestaciones de Vitya, algo tenia y de seguro era lo mismo que yo, un poco de miedo por el parto y a quien no le daria miedo dar a luz a dos bebes... oi los pensamientos de Raul pues era muy observador y tenia razon luego le diria que hablabamos entre el y yo ya no habia secretos... bueno algunos...

Las cosas estaban comenzando a cambiar. Me sentía ya bastante bien con el ambiente. Tres licántropos hablando en total tranquilidad. Podía soltar un poco de la mujer que tenía adentro, encerrada, enojada por todo el arrastre del pasado. Era difícil hacerlo, pero cuando te dan confianza, uno puede llegar a cambiar.
Mi jefa estaba halagando mis dones junto con Raúl, mi compañero. Sonreí de nuevo, ya no los veía como una maldición. Siempre cuando una persona recibe algún que otro don de la naturaleza, no sabe como enfrentarlo. Eso pasó conmigo, que si no fuera por la ayuda de mi hermano, jamás habría podido superarlo.
-Espero que así sea.- Me refería a lo valiosa que yo podía ser para la guardia. Y como si fuera poco, un aroma inundó mis fosas nasales. Arrugué esta, retrocediendo un par de pasos. Uno de ellos me confundía un poco. El otro, vampiro. Con gran agilidad tomé posición de guardia, fusilando con la mirada a las dos mujeres entrantes. La primera, Mia, un hibrido. La segunda, Jane, Vampiro. Fueron saludadas amablemente por los dos que me estaban acompañando. La hibrida parecía ser la pareja de Raúl. Al ver esa escena tan conmovedora, pensado con sarcasmo, mi cabeza comenzó a dar vueltas de nuevo. La vampiresa les dijo cuñada, cuñado. Con mas agilidad que antes, di un salto hacia arriba, colocándome de cuclillas en una de las ramas. Me dolía mucho la cien, no podía hacer entrar toda esa información. Esta alianza no me convencía, no la entendía.
Entrecerré los ojos al mirar a Mia. Ahora entendía porque tanto dolor. Hice uso de mi poder con ella, anulando los suyos.
-Te agradecería que no te metieras en mi cabeza.- Susurré, apretando los labios con más fuerza que lo normal. La otra, vampiresa, tenia también un don. Usé con ella mi habilidad también, dejándolas sin poder hacer nada. No iba a lastimarlas, pero no confiaba en ellas. Mi odio hacia los vampiros, por culpa de un infeliz, no iba a irse de un día para otro. Dirigí mis claros ojos a Vitya, suplicándole, pidiéndole algo de ayuda. Le rogaba con la mirada porque yo no sabia que hacer.

Sabia que Rebeca no era alguien a quien le agradaran los vampiros, lo habia supuesto pero lo que acaba de hacer era la confirmacion de toda suposicion sobre el tema. Subio a un arbol y se puso a la defensiva, esta era una de las cosas de las que debia hablar con ella y tomando en cuenta la situacion era necesario hacerlo pronto, muy pronto. Ahora mismo si fuera posible. Considere un poco la ultima opcion.

-Mia, ella es una nueva guardia.- fue lo unico que pude explicarle en mi mente, luego habria tiempo de platicar con ella, por ahora me preocupaba mas que Rebeca no pudiera contenerse mas y la dañara, mas por el estado en el que se encontraba.

Camine hasta el punto donde Rebeca se hubicaba sobre mi cabeza y mire a los demas. -Necesito hablar con ella- dije en tono serio, sabia que Raul interpretaria correctamente mis palabras, necesitaba que se nos dejaran solas, por su el bien de todos, era una orden para el. Confiaba que se llevaria a Mia, por Jane no podia darle ordenes pero esperaba que Mia leyera los pensamientos de Raul y luego se lo dijera a Jane. Era bastante complicado.

En cuanto Rebeca se puso a la defensiva me interpuse entre las chicas y ella, segui cada movimiento y escuche lo que decia, voltee a ver a Mia - no rebeca espera - era demasiado tarde, note como Mia perdio su don del camuflaje, fue cambiando lentamente hasta ser lo que ocultaba mitar lycan mitad vampiro

escuche a Rebeca cuando ya era tarde, me observe y como me temia el camuflaje desaparecio,me lleva, Jane no sabia nada no sabia como lo tomaria, creci unos centimetros, mi piel cambio de tono a un poco mas oscuro y mis ojos a un verde tipico de los lycan, mire a Vitya y a Rebeca, luego a Raul y al final a Jane, me sentia muy presionada, empece a respirar rapidamente, el mundo empezo a dar vueltas y perdi la nosion, solo senti los brazos de Raul agarrarme

-Raul llevatelas ya- le dije al ver que habia quedado pasmado observando la transformacion de Mia, no me gustaba usar mi don con la gente pero no tenia mas remedio. Hize que Rebeca se encapsulara en una especie de burbuja donde el tiempo transcurria mas lento para ella, asi no notaria los cambios de Mia tan rapido como lo hubiera hecho en su estado normal. Y dandoles mas tiempo a Raul y las chicas para que se fueran. Tambien hize que algo parecido con JAne pero no tan nototio como con Rebeca pues ella aun tenia que irse de aqui.

todo paso muy rapido, escuche lo que decia Vitya y mire a Mia, y de pronto cayo, apenas pude agarrarla, la levante y asenti hacia Vitya

Diablos ahora tendriamos que explicarle a Jane y lo bueno es que Vitya habia usado su don. Camine con Mia en un brazos y Mire a Jane y le hice la seña de que me siguiera - acompañame Jane, por favor - empece a caminar hacia el palacio

no supe que hacer-.Mi...Mia que le pasa?. grite un poco desesperada