Continuando una platica.

el agua caia deliciosament epor mi espalda, rapidamente las puertas de cristal de la regadera comenzaron a empañarse.

Me sentia mas despierta y con la fuerza suficiente de encarar lo que se me venia de frente, cerre los ojos y senti como las gotas resbalaban por toda mi piel, desde mi cara hasta mis piernas.

Seria una dura batalla.

Las puertas del cristal estaban empañadas por el vapor del baño. Sin embargo, se podía apreciar la belleza de la lycan. Suspire. Cualquiera pensaria que estaba perdiendo el control, pero no. Si iba a dar el gran paso, el matrimonio, estaba dispuesto a aprovecharlo al máximo. Y Vitya también pensaba lo mismo.

Me acerqué un poco más y comencé a abrir la puerta de la ducha.

Me llego un olor diferente, no era el mio ni del jabon que en ese momento escurria por todo mi cuerpo.

Abri los ojos y gire mi cabeza hacia la puerta del baño, ahi estaba Sebastien, sus dedos habian quedado impresos sobre el suave vapor que yacia en el vidrio.

No me senti apenada y mucho menos, despues de lo que habia pasado no podia sentirme asi.

Lo mire un momento, despues me voltee y segui con lo mio.

-¿Has hablado con tu hermana?- le dije mientras me seguia enjabonando.

- Sí, hablé con ella- le dije rodando mis ojos por su cuerpo desnudo.- Ya está todo arreglado. Y tú, ¿estás bien? ¿No te hice daño?

Llevé mis manos a la curvatura de su cuello y acaricié la pequeña cicatriz.

-No, estoy perfecta- le dije sonriente.

Toco las pequeñas cicatrices que ahora eran dos puntos sobre mi piel, no esperaba que se borraran, pues ya habia pasado mucho tiempo, ahora notaba como estaban un poco mas frias que el resto de mi piel.

-Te estas mojando- mi gire para ver como su camisa ya estaba salpicada. Me mordi un labio.

vi con remordimiento las pequeñas heridas. Pequeñas gotas de agua comenzaron a salpicar mi ropa, pero no me importó. Lo sentía de verdad y no había forma de perdonar mi error.

- No importa, yo no me enfermó, recuerdas?

Miré cómo se mordía el labio inferior y me miraba curiosa.

-¿Y ahora que estás pensando, cariño?

-Nada, solo me sorprendio un poco verte aqui- dije restandole importancia, estaba totalmente empapado ahora, la camisa se le pegaba a su musculoso pecho.

Sonreí, por supuesto que no estaba pensando eso, pero ya me lo diría ella.
Mi ropa comenzó a empaparse y vi cómo se me quedaba viendo. Quizá...

- Bueno, ya vi que estás bien, asi que creo que mejor me voy para que te bañes a gusto- le dije esbozando una sonrisa pícara- A menos que necesites ayuda.

Mi cuerpo se estremecio, ¿queria volverme loca o que?

-Si quieres irte...- abri a puerta de la regadera, puse mi mano sobre su pecho y lo empuje un poco. Sonrei de igual manera.

Sonreí ante su reacción.

- Me lo estoy pensando- dije al contemplarla- Aunque si quiere que me quede...Sólo dilo.

La miré de forma insistente y el deseo destelló en mis ojos.

Enarque una ceja ante su mirada.

-Si quieres quedarte, quedate...- lo mire fijamente y bote un boton de su camisa como quien no quiere la cosa. Me di la vuelta y me pare justo debajo del chorro de agua.

La provocación de Vitya fue genuina y su invitación era más una orden. ¿Quién podría resistirse ante tal?

Entré en la ducha y ella me dio la espalda. Al parecer la princesita tenía algunas habilidades ocultas que comenzaban a aflorar.

Sujeté su cintura y la atrajé hacia a mí. Llevé mi boca a su cuello y comencé a besarlo. El chorro de agua nos empapaba por completo, pero eso no importaba.

Ladee la cabeza para que pudiera besar cada centimetro de piel, tome sus manos que se enlazaban a la altura de mi abdomen, y cerre los ojos.

Mis labios se curvaron en una sonrisa de satisfaccion. Gire un poco mi cara para que besara mis labios.

Vitya reaccionó de forma favorable y me invitó a besarla de forma exquisita. La pasión que desbordaba era simplemente irresistible. Acaricié su abdomen mojado y gimió ante mis caricias.

Senti sus manos de nuevo por mi piel, cada fibra de mi cuerpo me rogaba de nuevo que continuara.

Me gire para tenerlo defrente, quedando de nueco entre sus brazos, estaba completamente empapado. Empeze a quitarle la camisa nuevamente. Acariciando cada curva de sus pectorales.

Vitya se dio vuelta y comenzó a desabrochar mi camisa mojada. Acarició mi pecho y la acerqué con una mano hasta que nuestra piel se tocara.

- ¿Te gusta lo que ves, cariño?

Me separe para contemplarlo.

-Pues...- dije evaluandolo -No- respondi, se quedo plantado sin saber que decir.

-Me gusta mas lo que me haces sentir- le sonrei malevolamente y me lanze a sus labios de nuevo.

¿No? Acaso estaba loca...

--Me gusta mas lo que me haces sentir- confesó y se fue directo a mis labios.

La elevé un poco para que su rostro estuviera a mi altura y colocó sus piernas alrededor de mi cintura.

- Asi qué eso es lo que te gusta- musité entre jadeos- supongo que podría complacerte de nuevo.

Le mordi el labio inferior. Que mas daba una vez mas, pronto seria mi esposo y esto lo mas normal del mundo.

-Si tal vez te lo pida- solte entre gemidos, mientras mis dedos se aferraban con fuerza a su cabello.

Vitya se mostraba complaciente y deseosa. Si ella lo pedía no podía negarselo.

- Y tal vez yo quiera dartelo- le insinue apoderandome de sus boca para recorrerla de principio a fin.

Me aferré a su cintura y comencé a acariciarla sin control.

Baje mi mano de su cabello hasta su pantalon, empeze a tirar de el hacia abajo. La gravedad fue mi aliada ya que logre bajarlo rapidamente.

-¿Y si no quieres?- lo rete un poco -¿Te obligo?

Sonreí abiertamente ante la idea.

- Por supuesto cariño- le respondí mientras me deshacía del resto de mi ropa- Obligame.

Desprendi suavemente mis piernas de su cintura, lo arrastre hasta la pared de la regadera donde caiga el agua. Le recargue sobre de ella antes de seguir besandolo.

El agua hacia que mis dedos se deslizaran de una nueva forma sobre su piel, mas rapidamente y suave. Acaricie sus brazos.

Me dejé guiar por Vitya y esta vez ella tendría el control. Estaba ansioso de que me mostrara lo que podía hacer y yo sería un simple espectador, por el momento.

Comenzó a acariciarme y lucía contenta. Era como si acabara de descubrir nuevas formas de recorrer mi cuerpo.

Lo bese de nuevo, pero algo me hizo parar. Lo note estatico y un poco distante...

-Tal vez sea mucho por un solo dia- le murmure en la oreja antes de soltarlo.