encuentro....

- gracias a ti, tambien te amo, y creeme jamas lo voy a olvidar, jamas - susurró.

Yo tampoco lo iba a olvidar.

La acomodé sobre mí y nos besamos de forma tierna y conmovedora. Parecía que nuestra existencia se consumía con aquellos últimos momentos. Sabía que nunca volvería estar así con ella, y eso me hizo besarla con más necesidad. Quería poder grabar cada uno de sus gestos para poder revivirlos, pero eso era una tortura. Nunca tendría a Mía y la sola idea de que ella estuviera con otro me enfurecía.

escuchaba todo lo que pensaba, la simple idea de que el tambien pudiera estar con alguien mas me enloquecia pero tenia que aceptarlo, Sebastien no era para mi, lo abrace por ultima vez pues ya empezaba a salir el sol, el lugar se habia llenado de neblina y tenia matices en tonos gris.

Bese por ultima vez sus labios, añhorando llevarme su recuerdo y sabor, acaricie su rostro y me enderece con un solo movimiento, no queria hacer mas larga la despedida, eso nos doleria mas a ambos, suspire y me puse la ropa, el me seguia viendo, leia sus palabras y no queria llorar,me resisti mucho...
Lo vi directamente a los ojos y le sonrei, una sonrisa llena de amor, de tristeza... con ella le decia adios
- Te amo Sebastien... no sabes a que grado, pero se k lo nuestro no puede ser, espero que llegues a encontrar la felicidad, yo... yo ya la encontre - me di la vuelta y empece a caminar, dejandolo anonadado por mis palabras, me fui bordeando todo el rio...

Las palabras de Mía fueron como metal para mi cuerpo. Se quedarían grabadas en mi memoria por el resto de mi eternidad. Ella tenía razón, lo nuestro no tenia futuro y su vida era más importante que un instante de placer.

De pronto sus ojos centellearon de una forma inquietante y me besó como nunca nadie lo había hecho. Pude leer el dolor en su mirada y comprendí el significado de ese beso, era el último.

Le correspondí de la misma forma y esta vez deje salir toda la ternura y el amor que amenazaban con destruir mi cordura.

Suspiré con dificultad y la sentí moverse a mi lado. El alba amenzaba con despuntar y Mía se puso de pie. Lentamente se vistió.

Te amo Sebastien... no sabes a que grado, pero se k lo nuestro no puede ser, espero que llegues a encontrar la felicidad, yo... yo ya la encontre

Sonreí con amargura y me quedé mirando fijamente como se marchaba. No podía decirle nada, sabía que ella tenía razón. Además, mi resolución era definitiva. Mía debía vivir y ser feliz con alguien que la mereciera. Con alguien que pudiera estar con ella y no fuera una amenaza.

Permanecí quieto observando el camino por donde se había ido.

Suspiré por última vez y en un instante me vestí.

Eche una última mirada al escenario y comencé a andar hacia el bosque. Sabía que mis facciones estaban adornadas por el dolor y lo último que necesitaba era encontrarme con alguien.

La miré con estupefacción.

Al llegar al otro lado no lo soporte mas y me puse a llorar a desahogarme por todo lo k sentia, lo necesitaba pero sabia que no podia ser mio...
me arrodille y me quede viendo mi reflejo en el agua con coraje lo golpee hasta que se deformo "esto te pasa por ser algo unico" acaricie esa palabra en mi mente, me limpie las lagrimas y me fui directo hacia el castillo

Caminé hasta el bosque y escuché el murmullo del bosque. Quizá Mía estuviera sufriendo como yo, pero era lo mejor. No podía arriesgarla de esa manera junto a mí. Apreté los puños con fuerza y deseé desquitarme con lo que tenía enfrente. Pero no podía hacer eso. No, ni siquiera tenía derecho a enfadarme por algo que sabía que era lo mejor para Mía.

Eche a correr a toda velocidad y poco a poco me fui alejando de los bosques.