encuentro....

Me miraba fijamente e hice lo mismo. No tenía ni idea de dónde nacía la sensación de querer protegerla, pero sin duda lo haría.

- Creo que será mejor que regreses al castillo, no seíra prudente que mi madre te encontrara por estos terrenos.- le comuniqué sin mala intención.

De buena fuente sabía que mi madre tampoco quería a la doncella, así que lo mejor era no causar problemas.

- de acuerdo- dije aun cerca de el, sin haberlo pensado me acerque mucho mas a el a tal grado de estar a pocos centimetros sus labios de los mios, podia sentir su aliendo frio, pero me llamaba, cuando hablo me hizo acercarme, parecia ida, me acerke mucho mas y mis labios se posaron en los de el sin previo aviso

El acercamiento de Mía me tomó de imprevisto y no pude más que seguir mis impulsos reprimidos.

Mis manos se fueron directo a su cintura y la atraje más a mí. Hacía tanto tiempo que deseaba eso que no me importó nada. Sentí su cuerpo estremecerse y me di cuenta de lo que estaba haciendo. Pero ese sentimiento extraño que crecía en mi interior me decía que no parara.

Me estremeci ante su tacto, me pego hacia el, senti su duro y frio cuerpo contra el mio, fue tanta la emocion k perdi por completo mi camuflaje, mis ojos cambiaron de color y mi efluvio empezo a salir, pero no me importo, segui besandolo

Un olor extraño nos invadio y me puse en alerta. Era Mía... sentí su cuerpo cambiar bajo mi tacto y la solté de asombro.

Me quedé atónito y la miré con inquietud.

¿Qué estaba pasando?

respire entrecortadamente y mi corazon estaba al 100, el me miraba si se habia dado cuenta, lo mire directo a los ojos
- bien creo k ya me des...descubriste- dije aun agitada - perdoname sebastien, pero ya no puedo ocultarlo mas-

Vi el rostro de Mía compungido por el dolor y me acerqué a ella. Su apariencia era distinta, pero seguía siendo ella.

- Mía- susurré acercandome más a ella- No temas. Sabía que me ocultabas algo, pero no sabía que era. Me alegra saberlo. Por un momento pensé que había alguien más.

lo mire sorprendida y negue con la cabeza - no nunca ah habido alguien mas ni lo abra-dije viendolo a los ojos -pero.. no me odias por lo k soy - dije viendolo, tratando de desifrar sus pensamientos

Su sinceridad derrumbó los obstáculos que había forjado y la besé con toda la pasión que llevaba dentro.

- Oh, Mía, me haces tan feliz al decirme eso. Y no, no te odio por lo que eres. ¿Cómo podría hacerlo?

La estreché entre mis brazos y susurré a su oído.

- Mía, yo te amo. Todo este tiempo ha sido un martirio. Tenerte tan cerca y no poder tocarte.

Sonrei ante el echo de lo k me decia - yo tambien te amo, me alegra saber k no me desprecias, no sabes cuanto añoraba este momento- tome su rostro entre mis manos con dulzura y lo bese tiernamente, absorviendo su aliento frio y llamativo

Los labios de Mía se posaron en los míos de nuevo y probé el dulce sabor de sus labios.

La atraje más a mí, quería sentirla cerca, tan cerca como si fueramos uno solo. No quería desaprovechar la oportunidad de sentirla mía. Quizá después no pudiera estar con ella de esta manera, libre y sin ataduras.

El momento era mágico y quería que siguiera así por toda la eternidad.

Lo tome por el cuello y recorri mis manos por su cabello, segui el beso, despues de todo no necesitaba respirar, sus labios me sabian a gloria, queria estar junto a ellos por siempre, senti como el me iba empujando un poco hasta k dimos con un arbol en donde me recarge y senti como se pego mas

Seguí besandola con impulso hasta recargarla sobre un árbol.

- Mía, eres tan perfecta.

Bajé mis manos por sus hombros hasta llegar a su cintura y besé su cuello.

- No tienes idea de cuánto ansiaba tenerte así.

levante mi cara para k pudiera facilitarle un poco mas, mi respiracion se acelero mucho mas - Y yo - dije sofocadamente - bese su cuello y luego de nuevo sus labios, mis manos revolotearon por su pecho y su espalda, esto de vdd estaba pasando?

Los movimiento de Mía se volvieron más audaces y me alegré. Ella lo deseaba tanto como yo. Y aunque todo era inesperado la quería tanto que mi piel me quemaba.

- Mía- musité.

Jalé su cabeza hacia atrás para ver su rostro y miré sus ojos verdes

lo observe aun ansiosa de seguir besandolo
- dime- dije viendo sus ojos azules y con mi ritmo cardiaco aceleradicimo

Suspiré al ver sus ojos verdes.

- Mía, de verdad quieres esto. Sabes lo que pasará si seguimos así y lo último que necesito es herirte.

Besé su frente y le sonreí. Mía merecía algo mejor que una aventura de una noche.

sabia k tenia razon pero no tendria otra oportunida, sabia k de ahora en adelante todo cambiaria, asi k solo asenti con la cabeza y me lance de nuevo a sus labios, sentia como me kemaban, acaricie de nuevo su espalda y su pecho de manera tierna

Mía de dio su permiso para continuar y leí en su mirada todo lo que sentía por mí.

La tomé en mis brazos de nuevo y comencé a besarla con ímpetu. El hecho de que estuviera de esa manera conmigo era un sueño, el paraíso humano que tanto proclamaban los humanos.

Deslicé mis manos hasta su rostro y la atraje hacia mí. Su cuerpo se amoldaba al mío de manera inconcebible. Estabamos hechos el uno para el otro y nadie podria negarlo.

sentia su cuerpo pegado al mio, sus labios recorrian mi cuello o mis labios, lo bese con deseo, prontodeslice mis manos lentamente desabotonando su camisa, sentia temor, nunca me habia entregado a nadie, pero lo hacia por k lo amaba y mucho

La timidez de Mía fluyó y me sentí halagado. Era pura y si quería dar este gran paso haría que el recuerdo fuera hermoso.

Deje que actuaran sus manos por mi cuerpo. Ella tenía la decisión y cualquier cosa que deseara se la daría.

kite su camisa lentamente y segui besando su cuerpo, sobre todu su cuello y sus hombros, luego me pasaba a su boca, en uno de esos besos me atrevia a besar su labio inferior y al separarme jalarlo un poco,me separe para ver su reaccion, yo le sonrei mordiendome mi labio

Mía sonreía de forma traviesa y mi pechó se hinchó de alegría.

- Esa faceta no te la conocía, bonita.- dije y poseí sus labios con fiereza. Llevé mis manos a su cintura y la acaricié castamente,

sonrei ante su aceptacion, poco a poco me desabroche el vestido por enfrente y lo abri poco a poco dejandolo caeral final, note comome veia y me rubirice, sin pensarlo, me pegue a el y lo bese tiernamente

Mía era una mujer preciosa y toda ella me gustaba. Sin embargo, había en ella que no podía describir y me volvía loco. Sus gestos timidos y retraídos la hacían única.

Vi como se deslizaba el vestido sobre su cuerpo y tragué con fuerza. La determinación de Mía me soprendió y me dejó impresionado.

Su piel era tersa y suave así que no me resistí a probarla. Con gesto urgente me abracé a ella y comencé a explorarla.