Una mirada unica....

Entre en una de las habitaciones k me faltaban por asear, note que no era el cuarto de una de las princesas, sino de un varon, pero que raro, yo nunca lo habia visto, me puse a limpiar y a cantar un poco en lo que lo hacia como era mi costumbre. recogi una cuanta ropa y la coloque en los cajones acomodada, la sucia la llevaba en un canasto a la lavanderia. empece a tender la cama.

Regresaba de viaje y lo único que quería era descansar un poco y estar a solas. Subí las escaleras en busca de mi refugio personal cuando percibí una extraña presencia.

- ¿Qué haces aquí?- pregunté con voz firme.

Nunca antes había visto a aquella mujer y su presencia me sorprendió.

me espante al oir aquella estrenduosa voz, me incorpore pues estaba tendiendo la cama y voltee a verlo, me quede anonadada, era increiblemente... guapo, sin pensarlo solte mi camuflaje pero lo recupere inmediatamente y me pare derecha, de seguro el es el principe y tambien a de ser muy arrogante pense, asi k baje la mirada
- perdon principe, mi nombre es Mishaska Ashley, soy su nueva doncella, estaba haciendo mi trabajo, pero si le molesta me retiro - dijo con voz segura, mi voz sonaban algo aguda aunque armoniosa. camine hacia el canasto con ropa sucia y lo levante - con permiso su majestad - hice una pequeña reverencia y pase a su lado cuando coloco su mano enfrente deteniendo mi avance.

- No- proferí sin pensarlo. La chica ante mis ojos me resultó hermosa, pero era una simple doncella.

Con voz calmada le indiqué:

- No te vayas. Termina con lo que estabas haciendo, no me molesta en absoluto.

Las palabras habían salido a borbotones y aunque deseaba estar a solas, de alguna manera esa chica tenía una esencia que me resultaba extraña y al mismo tiempo atrayente.

sin queres alce la cabeza y mire sus ojos, eran tan hermosos un azul unico, pero la baje de nuevo y me di media vuelta a terminar de arreglar sus cosas, Sentia su mirada detras de mi, adonde me moviera.

Me giré para no verla más. Unos segundos antes había atrapado su mirada castaña y por algún motivo me había quedado hipnotizado.

Sacudí la cabeza y me giré para en otra dirección.

- ¿Así que tu eres la nueva doncella?

escuche su voz, era tan fuerte pero a la vez delicada y hermosa, por dios k te pasa Mia, me dije a mi misma

- si principe - en ese momento termine mis deberes - necesita algo mas majestad, ya termine - levante un poco la mirada, hasta toparme sin querer con sus ojos k me veian un poco divertido

- Tal vez- dije suegerentemente. No me cabía la menor duda de que la había impresionado, pero no sabía si eso era bueno o malo.

- ¿Hace cuánto que estás en el castillo?- le pregunté para evitar que se marchara.

- hace solo algunos dias - le respondi sin verle, casi se me escapa una risa por sus pensamientos, crei k caeria tan rapido, vaya si era egocentrico
- me han traido de rusia -

- Ya veo- comenté.

No queria ser engreído pero lo estaba siendo. Por algún motivo ella sacaba lo peor de mí, por no decir mi verdadero yo.

- Así que Rusia.

- si asi es - dije medio sonriendo - si no se le ofrece otra cosa majestad - dije divirtiendome por dentro, como podria yo sacar lo peor de el... habia algo peor?... lei sus intensiones pero no podia moverme

Me sentí atolondrado ante la presencia de la chica. Maldije para mis adentros porque no quería dejarla ir.

¡Por todos los cielos! ¡Es una doncella!

- Y díme, cómo te llamas?

me impresionaron sus pensamientos, no sabia k hacer me quede un poco en shock por dentro tambien me rei ya le habia dicho mi nombre y por no dejarme ir lo volvia a repetir pero en cierta forma yo tampoco keria irme

- Mishaska Ashley pero me puede llamar Mia principe - subi la mirada y de nuevo me perdi en sus hermosos ojos azules, me hechizaban

Que tonto me estaba comportando... Ya lo había dicho. Claro.

me sentí estúpido y la quede mirando fijamente.

- Que mirada tan hermosa- susurré sin darme cuenta, pero era demasido tarde. Ella lo había escuchado.

me puse roja como un tomate, no sabia k hacer pero sin pensarlo se me salio a mi - si la suya es perfecta - me puse mas roja y no supe si irme o kedarme

Me quedé helado al escuchar esas palabras salir de sus labios.

¿Qué demonios me estaba pasando?

Me giré enseguida y traté de olvidar lo que había dicho, pero aún hacía eco en mi cabeza.

- Creo que será mejor que termines pronto con... con lo que estabas haciendo. Quiero estar solo.

¡Maldición!

¿que diablos habia salido de mi boca? .... que me pasaba... que nos pasaba por k al parecer era a ambos...

Asenti con la cabeza en eso voltee hacia la puerta pues ecuche los pensamientos de la Reina que se acercaba, de seguro a saludar a su hijo que venia de una batalla, lo voltee a ver a el y luego fui por el canasto de la ropa que estaba a lado de su cama donde el estaba recostado, sin pensarlo al tomarlo lo observe mas de cerca era tan.... tan... perfecto... me sonroje un poco y baje la mirada, me encamine hacia la puerta, voltee a verlo por ultima vez como si no pudiera volver a verlo y eso es lo k tenia que hacer no volver a verlo

- sin otra cosa que se le ofresca me retiro, su majestad - dije en un volumen que la reina escuchara, en eso abri la puerta y me tope de frente a ella, llevaba la cabeza gacha
-su majestad - le hice una reverencia - seguire con mis obligaciones si no se le ofrece algo- ella hizo un ademan con la mano de k me retirara, asi que segui mi camino sin voltear atras y bloqueando los pensamientos del principe

Vi la turbación de Mia y no era diferente de la que yo sentía. Un silencio incómodo se apoderó de la habitación y la tensión estaba en el aire.
- No, gracias- dije con voz seca- puedes irte.
Escuchaba los pasos de mi madre acercarme y traté de tranquilizarme. Ella no debía verme así... de ninguna manera y mucho menos por una doncella.

Me acerque al cuearto de mi futuro rey de Inglaterra... mi hijo... el orgullo de Eos... mi orgullo... el futuro orgullo de Inglaterra... toque la puerta dos veces *toc, toc*

-Puedo pasar, mi futuro rey- rei con alegria

off: LO SIENTO!!!!!!! ENCERIO!!!!!!! LO SIENTO MUUUCHO SE QUE DEBI LLEGAR HACE YA COMO UNA SAMANA